Ir a baños de Fanal era algo muy común en las primeras décadas del siglo XX. Con un pontón prácticamente sumergido, aún hoy perfectamente visible, el lugar hacía las delicias de los bañistas de aquella época. Sin embargo, la erosión marina acentuada que se hizo sentir, asociada a temblores de tierra como el sismo de 80, hicieron que Arriba retrocediera cerca de 40 metros en los últimos 100 años.
El uso recreativo de este lugar y más tarde la propia accesibilidad al mismo fue imposibilitado, hecho agravado por las aguas del saneamiento público que habían sido desviadas hacia este lugar.
Se realizaron obras de protección de la orilla costera aprovechándose para valorizar la bahía, habiendo sido rehecho el acceso al mar hace tiempo desaparecido.