Puerto de refugio a las embarcaciones que enfrentaban y enfrentan el riguroso mar de la costa norte de la Isla Tercera, es también muy frecuentado por bañistas en la época balnearia. Fue utilizado para la caza de ballenas, existiendo incluso casa de los botes junto al Puerto, de la Armação Baleeira Terceirense. En las proximidades de Oporto, todavía se encuentran algunos calderos de esta industria.