No se encuentra protegida en el interior de una bahía o por cualquier estructura portuaria, sino sobre una plataforma lávica, conocida como Fajã do Fisher, de unos 3000 años.
Aunque el acceso al mar no es el más fácil, y la ondulación que se haga sentir es poco rota, aún así se convirtió en un lugar de baños buscado por personas de las parroquias vecinas, que veían aquí alguna privacidad y proximidad.
Obras hechas en los últimos años han venido dotar a este espacio de mejores condiciones, mejoradas las accesibilidad y creadas zonas de solárium en niveles, hasta cerca de la línea de agua.
Un acceso en rampa permite el descenso de personas con dificultades motoras, hasta una de las plataformas inferiores. Son muchos los que aquí vienen, no para la práctica de baños, sino para disfrutar de la hermosa vista sobre los Ilhéus das Cabras, razón por la cual el acceso al mar se hace junto a un pequeño mirador.